miércoles, 4 de julio de 2012

LA DISTANCIA


          Unos etólogos estudiando las costumbres de los pájaros observaron que estos se situaban a una distancia mínima entre unos y otros que nunca sobrepasaban. Esta distancia cambiaba de una especie a otra. Llamaron a esta circunstancia: “proxemia”, que no es ni más ni menos es estudio de las “distancias sociales”, tanto entre los animales como entre las personas. Al ir profundizando en como las personas nos sentimos influidas, en como inconsciente o conscientemente en ocasiones jugamos con la distancia a la hora de relacionarnos con los demás, descubrimos que es un tema muy interesante.

            ¿Quién no se ha sentido un tanto “inquieto” en un ascensor con otras personas? Es curiosa la conducta verbal y no verbal que se suele producirse en estas situaciones. El tema principal de conversación es “el tiempo”, aquí es donde mas comentamos si hace o no calor, si va a llover, que si la sequía. A nivel no verbal, la mirada es una de las características más afectadas: miramos al suelo, al techo del ascensor ¿qué hay en el techo?, y leemos…, “300 Kg. carga máxima”, 6 personas, Otis, en caso de emergencia pulse el botón…”. ¿Cuántas veces habremos leído estos mensajes?. Y es que además de estar en un espacio cerrado, suele ser muy reducido y la distancia entre las personas es muy pequeña, nos sentimos un tanto incómodos.



          















          La distancia social entre las personas depende mucho del contexto de la situación. También suele varias según las culturas. Con carácter general podemos hablar de 4 distancias:
-        Distancia intima. Entre 15 y 45 centímetros. Se percibe incluso la calidez del otro…, suele darse en parejas, madres/padres-hijos,…
-        Distancia personal. Entre 46 y 120 centímetros. Así nos relacionamos con amigos, compañeros, en el trabajo, en una fiesta, en la calle hablando con alguien conocido. Tenemos a la otra persona más o menos a la distancia de nuestro brazo estirado. (Si alguien que no conocemos mucho sobrepasa esta distancia, nos sentiremos incómodos y casi seguro retomaremos espontáneamente esta distancia…)
-         Distancia social. Entre 120 y 360 centímetros. Se utiliza con personas que no conocemos, con las que no tenemos relación casi relación y que en un momento dado tenemos que tratar algo con ellas. (Ej. un dependiente de unos grandes almacenes, alguien que viene a venderte algo a casa…)
-         Distancia pública. Más de 360 centímetros. Por ejemplo, al dirigirnos a un grupo grande…


Esta “burbuja” nos acompaña donde vayamos. Es más grande delante y detrás que a nuestros lados. Existen también una distancia de seguridad, esto es muy sencillo de observar en animales, que huyen si nos acercamos demasiado. (algunos, jeje)

El contexto juego un papel importante, los lugares. En un banco de un parque, nos sentaremos solamente si está vacio o si quién lo ocupa está situado en una esquina, si está en el centro, casi seguro buscaremos otro.

Podemos pensar en cientos de situaciones: dentro de un coche, en el cine, clase, subiendo y bajando escaleras…, es muy interesante. Por ejemplo, si queremos hablar con un/a niño/a  pequeño/a y comunicar bien con el, probablemente nos pondremos en cuclillas para parecer más cercanos.

En definitiva, puede ser importante ser consciente de cómo vivimos las distancias en nuestra comunicación con las demás personas y las reacciones que podemos provocar en ellas.

lunes, 11 de junio de 2012

Aburrimiento

No es fácil tratar de interpretar de manera inequívoca el lenguaje no-verbal. Y es que, afortunadamente, los humanos somos complejos y también nuestra forma de comunicarnos. Pero en algunas ocasiones, las circunstancias hace que no haya lugar para la duda.

Hace poco he asistido a dos sesiones formativas, una de ellas muy interesante, la otra, un tanto tediosa. En esta última sesión no pude evitar, mas allá de la mitad de la sesión, comenzar a fijarme en las otras personas que compartían conmigo esta formación.  Y es que como dice un dicho, el aburrimiento no es malo, te ayuda a pensar o hacer cosas que no hubieses hecho si estuvieses ocupado en otra cosa, je, je.

Se desplegó ante mi un festival de gestos y movimientos. La mayoría de ellos se repetían periódicamente, incluso algunos parecían contagiarse de unos a otros:
     ...movimientos del cuerpo, recolocaciones en la silla, miradas que van y vienen, tocarse la nariz, cogerse la cara con las dos manos (claro, estábamos sentados y con una mesa delante como los estudiantes…), mano en barbilla, dedos en los labios, picores de oreja, de nariz, de pelo…, brazos cruzados sobre el pecho, bolígrafo en la boca, frotamiento de manos, pasar las manos por la cabeza de delante hacía atrás, recolocación del pelo (las/os que lo llevaban largo…), manos entrelazadas, todo el cuerpo expresaba aburrimiento. Conforme avanzó la sesión comenzaron algunos a desperezarse y llovieron los bostezos.
O bien el profesor no era muy observador, o no se dejaba influir por el auditorio…, porque desde luego el feed-back del personal era claro: no estaba despertando mucho interés con su discurso. Y es que, nos aburren las situaciones y las cosas que no nos motivan, es decir, que no nos atraen o ilusionan. Antes de que el profesor dijera que la sesión había terminado, cuando se giró para recoger sus cosas, casi todo el mundo había guardado sus papeles, recogido sus cosas y se habían puesto en pie.

El aburrimiento es muy difícil de esconder, (como vemos en estas fotografías) casi como el sueño…, pobres de nuestros profesores, las caras que tuvieron que ver. Por cierto, un saludo a Chales Darvin (mirar el pobre mono...)

miércoles, 6 de junio de 2012

No existe la No-comunicación

     Según Flora Davis, ver es el secreto de la comunicación No-Verbal.  La multitud y variedad de estímulos hace que no seamos capaces de centrarnos, por ejemplo, en los movimientos y gestos que hace una persona. Vamos a hacer un ejercicio de percepción, de concentración. Elige algún día un momento para fijarte, en esa persona que espera el autobús, o esa que está sentada en el banco del parque, o esos invitados a cualquier tertulia (normalmente telebasura) en la tele (pero quita el sonido primero, pues nos interesan sus gestos, su lenguaje corporal). Están tranquilos y de momento comienza el baile: levantan las cejas y arrugan la frente, se frotan las manos, sonríen, arrugan su nariz, cruzan las piernas, comienzan a hablar y realizar gestos con las manos, se echan hacía delante o hacía detrás, miran hacía arriba o les surge un repentino picor en la cabeza...

¿Qué esta sucediendo?
Tiene esto algún fin, alguna razón o simplemente es azar. No tenemos que ser científicos ni psicólogos para entender algunas de estas conductas. La intuición es una poderosa herramienta y muchos saben que si estamos nerviosos es muy probable que terminemos retorciendo las manos e incluso sudando.

     Cuando queremos decir algo, lo solemos pensar y lo expresamos, pero gran parte de los mensajes no verbales son involuntarios y están cargados de significado. Es muy difícil esconderlos, eso, si nos damos cuenta de que los estamos haciendo. Tardamos muy poco en ver que nuestra pareja, nuestra hija..., está enfadada. Cualquier pequeño movimiento de su cuerpo, o de su cara nos lo hace ver.  El cuerpo emite mensajes continuamente ¿por qué sucede esto?.

Miles de años...
     ¿Cómo comenzamos en algún momento de la evolución a comunicarnos? Sin lugar para ninguna duda: No-verbalmente. Nuestros antepasados pasaron miles y miles de años comunicándose sin la palabra. Miles de años. Aprendieron poco a poco a interpretar los movimientos y gestos de los demás, traduciéndolos en intenciones, en emociones..., y el instinto de supervivencia fue el responsable de esto. La tensión en el otro podía significar la preparación para el ataque, agachar la cabeza, sumisión..., y así fue todo evolucionando poco a poco, pasando a crearse gestos apaciguadores como levantar la mano (quizá para demostrar que no llevabas ningún objeto peligroso...) que desembocaron en el actual apretón de manos.



     Todo este repertorio de expresiones corporales, gestos, miradas, movimientos forman parte de nuestro cerebro primitivo. Y lo usamos sin darnos cuenta tanto para expresar, como para interpretar y reconocer en los demás. Por eso la mayoría de las veces no podemos esconder las emociones.

Hay personas observadoras, tranquilas, que son capaces de fijarse en esos detalles. Conocen mejor a los demás. Se comunican mejor. Tienen un buen trecho recorrido. No se lo que pensáis pero a mi, esto me parece apasionante.
Seguiremos.
(Podéis participar en este blog dejando vuestros comentarios, gracias)






lunes, 4 de junio de 2012

HABLANDO CON EL CUERPO

     Ya hemos visto que la comunicación no tiene lugar únicamente en los procesos verbales, interviene además otros elementos que son incluso más poderosos que la palabra.

     Algunas de las comunicaciones más significativas no siguen la vía verbal o por escrito, sino que se traslucen a través del lenguaje corporal, a través de gestos, configuraciones faciales y otros movimientos del cuerpo, así como las entonaciones verbales que se ponen en las palabras o frases.

     El lenguaje no verbal, por espontáneo, es la forma más natural de manifestar las emociones, contrariando en ocasiones inconscientemente a la palabra.
Como hemos visto en el lenguaje no verbal podemos diferenciar dos campos:
  • El Paralenguaje
  • El Lenguaje Corporal y Gestual
     El paralenguaje hace referencia a cómo nos expresamos cuando hablamos, a los aspectos paralingüísticos que acompañan al mensaje. (entonación, ritmo, volumen, fluidez, etc.).
Los elementos paralingüísticos y vocales de nuestros mensajes, como el tono de voz, el volumen, el ritmo y la velocidad, los suspiros o bostezos, etc. afectan especialmente el significado del mensaje y son claros indicadores de los aspectos emocionales, pudiendo condicionar el significado del mensaje que se quiere transmitir.

     El lenguaje corporal se refiere a la posición del cuerpo y de brazo y piernas, la forma en como se sienta la persona, como esta de pie, como pasea..., refleja sus actitudes, sus sentimientos sobre si misma y su relación con los otros. Por otro lado la sonrisa, la expresión facial, los movimientos de la cabeza.
   

  • La expresión facial es el principal sistema de señales para mostrar las EMOCIONES. (incluso aun cuando tratamos de ocultarlas)
  • Mediante la expresión de nuestra cara podemos comunicar el grado de comprensión, interés o implicación hacia una persona o situación, así como nuestro estado emocional.
  • A través de la cara damos retroalimentación instantánea al interlocutor. (¿comprende, se sorprende, esta de acuerdo...?)
Las áreas responsables de su manifestación son:
  • Frente / Cejas

  • Parte inferior de la cara.
  • Ojos /párpados
      Las emociones han jugado sobre todo una función adaptativa, a lo largo de la historia de la humanidad, ayudando a la supervivencia de la especie. A lo largo de esta historia han surgido posteriormente otras funciones. El siguiente cuadro muestra las principales funciones de las emociones.

  • La proximidad espacial o proxemia se conoce como la distancia interpersonal de protección de cada uno.
      Hay una presencia de normas implícitas dentro de cualquier cultura que se refieren al campo de la distancia permitida entre dos personas que hablan. Si la distancia entre dos personas que hablan excede o es menor que estos limites, entonces se interfieren o provocan actitudes negativas. Esto ocurre en otras situaciones. Destacar a modo de ejemplo las conductas que solemos tener dentro de un ascensor, cuando estamos muy cerca de otras personas y solemos mirar al suelo, o los botones del ascensor..., e incluso algunas personas saludan y hablan del tiempo atmosférico que hace. Otro ejemplo; es muy difícil que si llegamos a un banco a un jardín y hay alguien sentado justo en medio, nos sentemos al lado. En cambio si está sentado en una de las esquinas es mas probable que lo hagamos.

     El estar muy cerca de la otra persona o el llegar a tocarse sugiere una cualidad de intimidad en una relación, a menos que suceda que se hallen en una multitud o en sitios abarrotados. Acercarse a otra persona puede ofender a otra persona o abrirle la puerta a una mayor intimidad.

     Es conveniente guardar una distancia de 45-50 cm. para que nuestro interlocutor no sienta que estamos invadiendo su espacio personal. A mayor relación de cercanía e intimidad con los demás, este espacio personal va disminuyendo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Comenzamos a mejorar

     Hoy por hoy,  la complicada situación económica y laboral hacen quela búsqueda de empleo, así como el desempeño de cualquier profesión exige conocer y dominar,  junto a capacidades conceptuales (conocimientos sobre la materia) y técnicas (manejo intrumental), un conjunto de Habilidades sociales, que nos permitan crear una relación eficaz y satisfactoria con los demás: compañeros, familiares y clientes o usuarios. Las dos primeras se adquieren a lo largo de  nuestra formación académica, en cambio, las Habilidades Sociales (HHSS), que se adquieren con la experiencia profesional,  se dejan en manos del azar o de la idiosincrasia personal. Sin embargo, las HHSS se plasman en las conductas que llevamos a cabo y como cualquier otro comportamiento son susceptibles de aprendizaje y mejora.

         Podemos definir la “habilidad social” como “las capacidades o aptitudes empleadas por un individuo cuando interactúa con otras personas en un nivel interpersonal”.



Así pues en las distintas entradas de este blog, vamos ha efectuar un recorrido en el que analizaremos la forma en que nos comunicamos, los estilos comunicativos,  y la  posibilidad de mejorar nuestra forma de comunicarnos lo que conllevaría una mejora en el trabajo en equipo que realizamos en nuestra organización.